¿Cómo sobrevivir a unas vacaciones familiares?

Todos necesitamos vacaciones. Significan descanso y desconexión (¡y re-conexión!). Sin embargo, las vacaciones familiares pueden generar ciertos desencuentros con la pareja y/o los hijos. Hoy os damos algunas recomendaciones para sobrevivir a las vacaciones familiares y disfrutar de esta época del año en familia.

Las vacaciones familiares también se idealizan

Si echas un vistazo por las redes sociales podrás comprobar que muchas personas cuelgan imágenes y vídeos de vacaciones en sitios increíbles. Pero, ¿las vacaciones ideales tienen que ser esas?

La psicóloga de Criar Con Sentido Común, Mamen Bueno, subraya que «lo de las vacaciones» es algo «muy personal»:

«Lo que vale para algunas personas puede no valer para otras. Ahora en redes sociales parece que solo vale tener viajes exóticos o ir a la playa. Pero hay a quien le puede apetecer quedarse tranquilamente en su casa, con horarios más flexibles; e incluso lejos de la familia extensa«.

Por su parte, nuestra otra experta en psicología infantil y logopedia, Elena Mesonero, añade que las vacaciones familiares «cambian las rutinas» y es necesario ser «más flexibles y tolerantes», sobre todo si tenemos niños pequeños.

«Por ejemplo, si pasamos unos días de playa con la familia y vamos a cenar a un chiringuito, quizá no sea el momento para enseñar a nuestros peques a comer. Es mejor pasar un rato agradable que sufrir porque nuestro peque come más o menos ese día».

Ambas profesionales, disponibles a través de la Tribu CSC, nos ofrecen algunas recomendaciones para sobrevivir a las vacaciones familiares.

¿Qué se necesita para un buen viaje familiar?

Estar de vacaciones significa cambiar el ritmo de nuestro día a día. Implica tener más tiempo libre para estar con nuestra pareja e hijos. Sin embargo, esos cambios pueden afectarnos y hacer que nos sintamos desubicados. A veces no es fácil desconectar.

A ello se suma que las vacaciones familiares pueden potenciar los desencuentros, sobre todo si parte de nuestras vacaciones son compartidas con otros familiares. Y a ello hay que sumar que nuestros hijos e hijas tienen también más tiempo libre y desean estar con nosotros. Esa necesidad también puede generar más tensión.

El reparto de tareas, el cuidado de los hijos y las expectativas pueden ser motivos de discusiones entre parejas durante el verano. También la familia política. En el caso de las vacaciones compartidas con familia, Mamen Bueno puntualiza: «el problema se plantea cuando las vacaciones se hacen ‘por cumplir’ con una familia extensa, cuando lo que se necesita realmente es reponerse».

En esos casos, recomienda nuestra experta, es importante «poder hablar con los miembros de la familia» y pensar en «qué necesita cada uno y ver cómo conjugarlo».

Es decir, que practicar la comunicación y planificar bien las vacaciones pueden ayudar a evitar muchos conflictos. Incluso pueden tener cabida «días de vacaciones por separado para desconectar y descansar». Si las personas adultas «están de acuerdo, y se hace con un consenso más o menos equitativo, todo es válido«.

Poner límites pero siendo flexibles

Muchas veces la presencia de otros familiares permiten a las parejas poder escaparse un poco y tener tiempo para disfrutar de las vacaciones en pareja. Pero esto no implica que no se pongan ciertos límites. Tal y como recomienda Elena Mesonero, si se van a pasar algunos días en casa de algún familiar, como por ejemplo los abuelos,

«es importante encontrar previamente un punto de equilibrio entre las costumbres de la familia y las necesidades de nuestros hijos. Quizá podamos ceder en cenar un poco más tarde pero no lo hagamos en permitir que se fume dentro de la casa mientras estemos allí».

Es más, que nuestros hijos e hijas pasen parte de sus vacaciones con los abuelos tiene muchos beneficios. Mejora su bienestar y su inteligencia emocional. Pero, según insiste nuestra experta, llegar a acuerdos previos evita muchos conflictos.

Y esa comunicación también es necesaria con nuestros propios hijos, sobre todo sin son mayores. También hay que dejar claros los límites con anterioridad. Pero también negociar con los niños o adolescentes y llegar a acuerdos desde el respeto, en el que caso de las vacaciones con adolescentes.

¿Qué importancia tienen las vacaciones en familia?

Las vacaciones familiares pueden generarnos cierto estrés, sobre todo si no están siendo lo que queríamos. Pero no hay que olvidar que las vacaciones están para disfrutar y pasarlo bien con nuestros hijos y nuestra pareja. Solemos estar más relajados y somos más divertidos.

Pero, ¿qué hacer en vacaciones de verano en familia? Elena Mesonero subraya que «disfrutar de unos días con nuestros hijos sin las prisas del día a día es importante para su desarrollo cognitivo y afectivo«. Es más, todo este tiempo supone generar las piezas del puzzle en el que se convertirán sus recuerdos cuando crezcan.

«Si nos paramos a pensar, muchos de nuestros recuerdos de infancia están vinculados a las vacaciones. No es necesario hacer grandes cosas, solo tener la intención de pasar unos días bonitos en familia«.

La edad de nuestros hijos pueden ser un factor importante a la hora de decidir qué tipo de actividades pueden resultarles más atractivas. Si son suficiente mayores como para expresarse adecuadamente, «podemos preguntarles directamente qué les apetece hacer o darles varias opciones para que elijan».

¿Qué tipo de actividades podemos hacer con los niños en las vacaciones familiares?

«Los días de vacaciones son ideales para el juego libre, para inventar juegos nuevos y para disfrutar con actividades que el resto del año no podemos hacer«, indica Elena Mesonero.

En nuestro blog podéis encontrar muchas propuestas de actividades con los peques en verano, desde museos originales kidsfriendly a espacios naturales, excursiones rurales o juegos al aire libre. Practicar deportes al aire libre, hacer cosas nuevas o simplemente estar tranquilos juntos.

En definitiva, pasar tiempo con la pareja y con nuestros hijos para que las vacaciones familiares sean positivas y sirvan para descansar, conectar con los nuestros y rebajar el estrés diario.