Armando Bastida, enfermero y escritor: «‘Somos iguales, somos diferentes’ es un álbum ilustrado que surge de la necesidad de hablar de los peques que viven y sienten diferente a lo habitual»

El álbum ilustrado «Somos iguales, somos diferentes» es la historia de Axel, un niño altamente sensible que tiene miedo de que su cumpleaños no sea lo que espera. Armando Bastida, enfermero, padre, divulgador y escritor; nos abre los ojos a la tolerancia, el respeto y el rechazo a las etiquetas en la infancia.

Armando Bastida también es el CEO de Criar Con Sentido Común y atiende a diario consultas de las cientos de familias que forman parte de la Tribu CSC. También es divulgador y, en sus ratos libres, escribe. El cuento ‘Somos iguales, somos diferentes’ es su tercer libro infantil. Está editado por Penguin Random House, dentro de su colección Nube de Tinta.

P: Somos iguales, somos diferentes. ¿Por qué ese título?

R: Creo que es una manera magnífica de definirnos. Somos todos hombres, mujeres, niños, niñas… personas humanas. Y eso quiere decir que somos todos iguales. Pero también es verdad que, a la vez, somos todos únicos y diferentes, y de algún modo, irrepetibles.

Todos somos personas humanas. Y eso quiere decir que somos todos iguales. Pero también es verdad que, a la vez, somos todos únicos y diferentes, y de algún modo, irrepetibles

Los más peques no tienen mucho problema en este sentido porque aceptan sin condiciones a cualquiera. Pero los mayores estamos llenos de prejuicios que transmitimos a los peques. Si queremos acabar con la xenofobia, la homofobia y otras fobias, nada como ir a la raíz, los adultos, para evitar que las vuelvan a transmitir a los menores, como hicieron o intentaron hacer con nosotros.

Los peques aceptan sin condiciones a cualquiera. Pero los mayores estamos llenos de prejuicios que transmitimos a los peques

P: ¿De dónde surge este cuento ‘Somos iguales, somos diferentes’?

R: ‘Somos iguales, somos diferentes’ surge de la necesidad de hablar de peques que viven y sienten diferente a lo habitual. No todos ven el mundo del mismo modo, ni se comportan como se suele esperar, y esto puede generar incomprensión, rechazo… en una edad en la que se necesita aceptación y respeto.

‘Somos iguales, somos diferentes’ surge de la necesidad de hablar de peques que viven y sienten diferente a lo habitual

Hemos dado tanto valor a la fuerza, valentía y determinación en la infancia, como si fueran características que deban prevalecer por encima de las otras, que los peques más sensibles, tímidos, y que disfrutan poco de los juegos más físicos, acaban siendo tildados de «raritos» o “lloricas” y considerados débiles. Y estos peques tienen mucho que decir y mucho que aportar.

P: Es el tercer libro infantil en poco tiempo: ¿Entiendo que te sientes cómodo en este género? ¿Qué te aporta?

R: Escribir para los peques es una gran responsabilidad, pero también una gran oportunidad. Poder llegar a ellos a través de sus progenitores es una bonita manera de generar debate y conversación en casa, extrayendo todos juntos conclusiones y moralejas de las historias y cuentos leídos.

Escribir para los peques es una gran responsabilidad, pero también una gran oportunidad

Dicen que si quieres que tu hijo sea inteligente tienes que leerles historias. Y que si quieres que sea más inteligente, tienes que leerle más historias. Cada historia es un trocito de vida de otra persona, habitualmente ficticia, que te permite aprender, comprender, crecer y madurar, sin necesidad de vivir esas mismas situaciones.

P: En los dos anteriores optabas por historias cortas con mensajes sobre crianza respetuosa e incluso unidades pedagógicas para ayudar a los padres. En este caso el protagonista es un solo niño: ¿Qué más diferencias podremos encontrar?

R: Este libro es un álbum ilustrado, con menos texto, pero dando más fuerza a las ilustraciones. Es más visual para los peques, ya que el cuento no solo se explica con las palabras, sino también con los dibujos.

Este da más fuerza a las ilustraciones porque no solo se explica con las palabras

P: Háblanos de esas ilustraciones de Marisa Morea.

R: Trabajar con Marisa Morea ha sido todo un honor. Es una de las ilustradoras españolas más destacadas, y tiene una sensibilidad especial a la hora de crear personajes y entornos. Cuando vi la portada del álbum me enamoré al instante, y supe que el libro quedaría precioso. La verdad es que solo puedo decir cosas bonitas, porque logró conjugar sus ilustraciones con mis textos, para que la historia la contáramos entre los dos.

Trabajar con Marisa Morea ha sido todo un honor, logró conjugar sus ilustraciones con mis textos para que la historia la contáramos entre los dos

P: ¿Y qué similitudes tiene el cuento ‘Somos iguales, somos diferentes’ de los dos libros anteriores?

R: El respeto por la infancia, sobre todo. Es una sola historia, pero queda patente el cariño por las familias y el respeto hacia los niños y niñas pequeños en un álbum ilustrado que debería ayudar a las familias con peques más sensibles a sentirse parte de la sociedad, y al resto, a comprenderles.

Este álbum ilustrado ayuda a las familias con peques más sensibles a sentirse parte de la sociedad; y al resto, a comprenderles

P: Axel es un niño como cualquier otro, pero con algunas diferencias: ¿Cuáles?

R: Axel es un niño altamente sensible, al que le molestan los ruidos fuertes, le agobian las multitudes, no le gusta que le corten el pelo, le molestan algunas costuras y etiquetas de la ropa, no se siente cómodo con los juegos en los que tiene que correr y sudar, o puede hacerse daño… Y a la vez es un niño detallista que adora a los animales, que se fija en el color y el olor de las flores, adora la música bonita, juega a adivinar las formas de las nubes y se pregunta por qué nos hacemos mayores o si el sol podría un día apagarse. Tiene mucho que aportar a los demás.

El protagonista es un niño altamente sensible que tiene mucho que aportar a los demás

P: ¿Cómo son los niños y niñas altamente sensibles?

R: Cada peque es diferente pero, si nos vamos a las generalidades, son niños y niñas que, como Axel, son más sensibles para lo bueno y para lo malo: les molestan los ruidos, las aglomeraciones, algunas texturas, tejidos y costuras, no les gusta mancharse, sienten las emociones de manera intensa… Y a la vez, como pasa con Axel en el cuento ‘Somos iguales, somos diferentes’, son curiosos, pueden preguntar una y otra vez sobre algún tema porque quieren saberlo todo y con todos los detalles, se fijan en los olores, en detalles que para a otros nos pasan desapercibidos, pueden emocionarse con música bonita, disfrutan de los amaneceres y atardeceres, de los animales y la naturaleza y se preguntan cosas de la vida que no parecen cuadrar con su edad.

P: No le gustan los ruidos fuertes, los tejidos que pican ni determinados juegos, pero sí los animales, su pelo largo o jugar a adivinar las formas de las nubes. ¿Tanto le cuesta a la sociedad entender que no encajar con los estereotipos no tiene es nada malo?

R: Como digo, a los adultos nos cuesta, sí. Las cosas (y personas) diferentes nos generan rechazo, inquietud, malestar… Tendemos a tratar de clasificar a las personas según nuestra escala de valores y nuestras creencias y valores. Cuando nos cuesta clasificar a alguien nos sentimos incómodos, y tendemos a rechazarlo.

Tendemos a tratar de clasificar a las personas según nuestra escala de valores y nuestras creencias y valores. Cuando nos cuesta clasificar a alguien nos sentimos incómodos, y tendemos a rechazarlo

Viste raro, camina raro, habla raro, se comporta raro… nos pasamos el día evaluando a otras personas, y tendemos a rechazar a las que no son como esperamos que sean. Nos gusta lo «normal» y rechazamos lo que parece no serlo.

Nos pasamos el día evaluando a otras personas, y tendemos a rechazar a las que no son como esperamos que sean. Nos gusta lo «normal» y rechazamos lo que parece no serlo

Pero yo siempre me hago esta pregunta: ¿Qué es ser normal? ¿Somos normales todos? ¿Nadie? De hecho, ¿por qué tiene que ser bueno ser normal? Suena demasiado aburrido tener que ser todos iguales para ser aceptados, cuando sí, lo somos, pero además, somos diferentes.

¿Qué es ser normal? ¿Somos normales todos? ¿Nadie? De hecho, ¿por qué tiene que ser bueno ser normal? Suena demasiado aburrido tener que ser todos iguales para ser aceptados, cuando sí, lo somos, pero además, somos diferentes.

Y como no lo aceptamos, intentamos que los niños sensibles no lo sean tanto. Tratamos de que dejen de llorar por todo, o que si lo hacen, sea en la intimidad o que no hagan preguntas tan raras. Que se corten el pelo como todos los demás. O se pongan esa ropa, aunque le moleste el tejido, que no es para tanto y no es más que “un mimado” y un “consentido”…

Tenemos que ser más inclusivos para que todos puedan ser quienes son

Como digo, tenemos que ser más inclusivos para que todos puedan ser quienes son.

P: Muchas personas siguen etiquetando a los niños: el bueno, la traviesa, el nervioso, la rara, el sensible, etc. ¿Qué consecuencias tiene para un niño o una niña esa identificación con una idea?

R: Cuando los etiquetamos, les robamos la oportunidad de ser otra cosa. Está comprobado que cuando los adultos les colgamos una etiqueta, tendemos a comportarnos con ellos en base a ella. Cuando a un niño o niña le colgamos la etiqueta de «rarito», sus peculiaridades prevalecerán para nosotros por encima de muchas otras cualidades que valoraremos menos que un peque al que etiquetemos como listo o inteligente.

Cuando etiquetamos a los niños, les robamos la oportunidad de ser otra cosa

Si esa etiqueta llega a oídos de un peque, sea la etiqueta que sea, lo/a estaremos predisponiendo a comportarse de ese modo, y de alguna manera estaremos dirigiendo su manera de ser. Al decir que es “listo”, querrá cumplir con ello y demostrarlo. Si le decimos que es “travieso”, no tendrá reparos en ser el que diga que sí a una travesura en vez de decir no, si la etiqueta fuera “responsable”.

Mucha gente considera que puede ser beneficioso ponerles etiquetas “positivas”. Sin embargo, pueden pesar como una losa

Mucha gente considera que entonces puede ser beneficioso ponerles etiquetas “positivas”. Sin embargo, pueden pesar como una losa. Un niño o niña “bueno”, “listo”, “responsable”, podrá tratar de cumplir con ello, incluso cuando se sienta incapaz de ello. Y si un día se equivoca, a riesgo de que le llamen irresponsable o menos listo, podrá tratar de ocultar su error.

P: Volviendo a Axel: su gran preocupación es que es su cumpleaños y teme no estar a gusto con determinados invitados. ¿Hasta qué punto un cumpleaños u otra situación social puede estresar a un niño muy sensible?

R: Hay peques que no disfrutan siendo el centro de atención (peques y adultos), y muchos de los niños altamente sensibles acaban sufriendo. Mucho ruido, mucha gente, pierden el control de lo que pasa… A medida que crecen lo llevan mejor y pueden convivir en sociedad en la mayoría de situaciones. Pero en edades como la de Axel, puede ser todo un desafío.

Hay peques que no disfrutan siendo el centro de atención, que sufren con ello

P: ¿Y cómo deberíamos actuar los padres?

R: No es fácil ser padre o madre de un peque altamente sensible, porque los progenitores tienen que adaptarse a sus peculiaridades, ser muy pacientes y respetuosos. Además, es posible que su entorno directo les dé consejos bienintencionados, pero que ayudan poco: “tu peque está enmadrado, consentido, mimado…”, “tenéis que dejarla llorar, es demasiado débil, se van a reír todos de ella”…

A veces el entorno directo da consejos bienintencionados, pero que ayudan poco

Muchas familias acaban deseando que su peque sea más como los demás, precisamente, por el miedo a que aparten a su peque, lo hagan sentir raro o diferente. Hasta que se dan cuenta de que todos somos iguales, pero diferentes. Y tenemos que tener el derecho a serlo.

Todos somos iguales, pero diferentes. Y tenemos que tener el derecho a serlo

P: ¿Dónde se puede encontrar el cuento ‘Somos iguales, somos diferentes’?

R: Está disponible online en cualquier tienda o comercio de libros, y también disponible en librerías (si no lo tienen en stock, se puede pedir, incluso en las librerías pequeñas).