Los espasmos del bebé a veces son difíciles de apreciar, duran pocos segundos (aunque suelen reproducirse en intervalos) pero cuando el bebé los tiene y se producen de forma repentina, sin un motivo, se nos…
Sí, también la sonrisa del bebé es señal de buena nutrición. La buena alimentación produce bienestar en el ser humano.
Las sensaciones que generan los alimentos se van adquiriendo desde el embarazo. El feto es capaz de percibir a través del líquido amniótico sabores y sensaciones de su madre. Pero, además, esa sonrisa implica que hay un buen desarrollo psicomotor y cognitivo.
La evolución de la sonrisa infantil
Los bebés sonríen desde que están en el vientre de mamá. Pero esa risa no es una risa social, como la nuestra. Es un movimiento reflejo que se conoce como la «sonrisa angelical». No será aproximadamente hasta la sexta semana de vida cuando aparezca la sonrisa como una forma de comunicación con los cuidadores (igual que lo es el llanto).
En ese momento, los bebés sonríen a sus progenitores para interaccionar con ellos o esperar una respuesta. Lo hacen porque les produce bienestar y por imitación. Si ven como su (pa)madre les sonríe, ellos imitarán el gesto. Y viceversa, sonríen porque les gusta que los imitemos.
Con tres o cuatro meses los peques se reirán a carcajadas y sobre los ocho meses serán capaces de comprender el entorno y utilizarán la sonrisa como forma de comunicación no verbal para expresar que se sienten felices si los abrazamos o si los alimentamos.
La sonrisa del bebé es señal de buena nutrición y de buena salud
La alimentación es fundamental para el desarrollo psicomotor y cognitivo de los bebés. De hecho, hay estudios sobre nutrición y neurología que relacionan el estado nutricional con un mejor desempeño cognitivo. Mejora la capacidad intelectual, pero también los avances necesarios en la evolución de la motricidad fina y gruesa.
Sonreír es una de las acciones que se incluyen en la motricidad fina. Esta implica acciones en la que actúan pequeños grupos musculares de cara, manos y pies. Estos músculos posibilitan la coordinación ojo-mano, cerrar y mover los ojos, mover la lengua, soplar y sonreír, entre otras acciones. Por eso, también la sonrisa del bebé es señal de buena nutrición, entre otros muchos factores.
Por otro lado, un bebé sonríe cuando comprende su entorno. Para ello es necesario un desarrollo cognitivo apropiado que le permita pensar y comprender que sonreír es una buena forma de comunicarse con los que le rodean. Y, no solo eso, a medida que crezca y si lo hace de manera saludable (y para ello la alimentación es clave), las sensaciones serán muy positivas. Y a más sensaciones positivas, más sonrisas.
Las alimentación y las emociones en el bebé
La sonrisa del bebé también está relacionada con el bienestar. Durante la lactancia, el bebé sonreirá en el momento que reconozca el gesto de su madre sacando el pecho para darle de mamar (o agitar el biberón para que coma). Y esa sonrisa estará relacionada con el hecho de alimentarse y sentirse saciado, sí. Pero también con el placer de compartir ese momento único con mamá.
La lactancia materna no solo tiene un fin alimenticio. En muchas ocasiones os hemos hablado en el blog de las funciones no nutritivas de dar el pecho. La conexión, el cariño, la cercanía, el amor en definitiva hace que el bebé (y la mamá) sonría y que espere ese momento con felicidad. Excepto, claro, si tiene mucha hambre. Ahí el llanto no dará cabida a otros gestos. O sí, una vez que vea calmada la necesidad de alimentarse.
La dietista-nutricionista del equipo de Criar Con Sentido Común, Rebeca Pastor, apunta un factor que se estudia en neurogastronomía aplicada, al generar placer:
«La sensación de plenitud puede manifestarse en la cara, ya que comer es un placer y genera felicidad. Los adultos somos los responsables de generar felicidad en la mesa con nuestros hijos, mediante alimentos saludables y nuestra compañía; generando recuerdos y creando la historia de nuestra familia. Además, el proceso de excitación en nuestro cerebro cuando se produce la ingesta de los azúcares de los alimentos también pueden provocar esa sonrisa».
Los estímulos de la alimentación complementaria
Los estímulos del bebé durante el acto de la alimentación se multiplicarán durante la alimentación complementaria. ¿Por qué? Pues porque es el periodo durante el que los peques están más expuestos a estos estímulos. En la medida que sean positivos, iremos fomentando una buena relación con la comida en ellos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), estar saludable no es solo consumir los alimentos adecuados y en las cantidades justas. La alimentación también influye en el bienestar mental. Y los bebés aprenden por imitación (nos imitan en todo), por repetición, por descubrimiento y por las emociones; así que, si queremos que su alimentación sea positiva, tendremos que proveer de experiencias placenteras y llenar nuestra mesa de sonrisas y alegría. Es la máxima del Baby Led Weaning (BLW), que sea el peque el que tome las riendas del aprendizaje y que lo haga a través de la experimentación, el descubrimiento y, por qué no, el juego.
Los adultos lo hacemos continuamente. Cualquier buena noticia la celebramos con una comida. Por el contrario, un momento de tensión, de tristeza o estrés se puede traducir en ingerir alimentos poco saludables. Así que, también en esto hay que tener precaución. Lo que debemos enseñar a nuestros hijos es a disfrutar con la comida, no a aliviar sentimientos negativos con ella.
La sonrisa del bebé también es señal de buena salud bucodental
Pues sí. Es otro de los elementos a tener en cuenta en la sonrisa del del bebé como señal de buena nutrición. Que físicamente su boca crezca sana y que su sonrisa también lo sea. Y para ello es imprescindible proveerle de una buena salud bucodental.
Lo cierto es que ese cuidado ha de empezar desde antes de que salgan los dientes. La dentista del equipo de CSC, Irene Iglesias, recomienda que la primera visita al especialista se realice sobre los seis meses (incluso antes). El tipo de alimentos, por otro lado, también determinarán el desarrollo adecuado del aparato masticatorio. Si comen alimentos muy blandos, ejercitarán poco la mandíbula y esto puede generarles problemas a la larga.
La sonrisa es uno de los gesto más bellos del ser humano. Todos los padres deseamos que nuestros hijos sean felices y rían siempre. No siempre será así, pero a través de la alimentación podemos proporcionarles esos bocados de felicidad que ayudarán a que se desarrollen saludablemente a todos los niveles.
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