Cuando se acerca el momento de la escolarización muchas familias inician un intenso recorrido en busca del centro educativo que más encaje con sus ideas y prioridades educativas. Habrá familias para quienes la distancia entre…
El tabaquismo pasivo en niños hace referencia a la inhalación involuntaria del humo que fuman otras personas cercanas por parte de menores. La Sociedad Valenciana de Pediatría ha alertado de los efectos nocivos que tiene para la salud esta circunstancia y que provoca consecuencias.
El consumo de tabaco es un «hábito muy nocivo para la salud», subraya la Sociedad Valenciana de Pediatría. Y tiene muchas consecuencias, entre ellas, provoca el 30% de las muertes por cáncer y triplica el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular.
En los niños y niñas estos efectos son igualmente negativos. Los bebés, niños y niñas y adolescentes se ven expuestos de manera indirecta a ese humo que contiene unas 4.000 sustancias químicas, muchas cancerígenas. Según datos de la OMS, citados por la Sociedad Valenciana de Pediatría, alrededor de 65.000 menores mueren al año por enfermedades causadas por el humo del tabaco.
Es lo que se conoce como el tabaquismo pasivo. Si alguien fuma cerca de otra persona, esta inhala parte del humo que proviene del extremo del cigarrillo. Y ese humo, como recalcan los pediatras, es muy nocivo.
Consecuencias del tabaquismo pasivo en niños y adolescentes
Existen distintos efectos del tabaco (cáncer, por ejemplo) del tabaquismo pasivo en niños. Pero la Sociedad Valenciana de Pediatría señala una concreta: el asma infantil.
Según los expertos, los niños y niñas expuestos al humo del tabaco «tienen mayor riesgo de desarrollar asma, la patología crónica más prevalente en la infancia y la adolescencia». El asma es la primera causa de ingreso hospitalario en niños y el primer motivo de absentismo escolar por enfermedad crónica.
Estar expuestos al humo ambiental en la infancia provoca el incremento de la frecuencia de las crisis asmáticas hasta en un 20%, además de otros síntomas de asma, como tos nocturna, menor resistencia al ejercicio, etc.
Por otro lado, empieza a investigarse las consecuencias del humo de tercera mano. Esta se refiere a la contaminación que queda en el ambiente una vez que ese humo se ha liberado. Son gases y partículas del tabaco que impregnan paredes, muebles, tapizados, ropa de cama o juguetes.
En cuanto a los adolescentes, según la Sociedad Valenciana de Pediatría, tienen más probabilidades de convertirse en fumadores activos a corto plazo.
Tabaco en el embarazo y durante la lactancia
En el blog os hemos hablado en varias ocasiones de las consecuencias negativas del tabaquismo en el embarazo y la lactancia. Incluso hay estudios que apuntan que ese consumo de cigarros durante la gestación aumenta la probabilidad de que los niños tengan hiperactividad o dificultades de aprendizaje.
La recomendación de los expertos es dejar de fumar antes del embarazo. Y una vez embarazada, se recomienda que toda la familia deje de fumar. Si necesitas ayuda, en la Tribu CSC te pueden asesorar nuestras expertas.
«Es un momento en el que la familia debe estar muy motivada a dejarlo y se debe implicar, teniendo en cuenta los beneficios para el futuro bebé», explican los pediatras valencianos. Fumar durante el embarazo tiene consecuencias para el feto:
- Aumento de abortos espontáneos.
- Partos prematuros y bajo peso al nacer.
- Afecta al desarrollo cerebral del bebé.
- Y, además, es factor de riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante.
Y tras nacer, esas consecuencias negativas se mantienen. El tabaquismo pasivo en bebés afecta a su sistema inmune, desarrollan más infecciones respiratorias y son propensos a resfriados, otitis media aguda, asma o neumonía… Además, de tener mayor riesgo, como ocurría si la madre embarazada fuma, de muerte súbita.
La Sociedad Valenciana de Pediatría asegura que muchos estudios también demuestran los efectos negativos durante la lactancia materna:
- La nicotina inhibe la producción de prolactina (hormona que regula la leche materna).
- Más riesgo de abandono de la lactancia materna.
- Además de nicotina, los niveles de cadmio, mercurio y otros metales pesados aumentan en leche humana.
- Desciende el nivel de proteínas, vitaminas A, C y E, y otros antioxidantes.
¿Qué podemos hacer para evitar el tabaquismo pasivo en la infancia?
Lo primero es tomar conciencia de que todos nuestros actos tienen consecuencia y de que, si fumamos cerca de nuestros/as hijos/as, sobrinos/as o cualquier menor, les estamos poniendo en riesgo. Hay que ser conscientes y hacerlos conscientes del impacto negativo en la salud del tabaco.
Desde la Sociedad Valenciana de Pediatría, por su parte, lanzan una serie de recomendaciones para evitar el tabaquismo pasivo en niños:
- Evita exponer al niño/a al humo de tabaco en casa, el coche, casas de familiares o amigos, y en lugares públicos. Según datos de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), más de un 10% de los menores de 14 años se expone a diario al humo de tabaco en sus casas.
- Escoge ambientes sin humo. Si algún adulto cercano fuma, debe hacerlo fuera del espacio cerrado en el que esté el menor. Las sustancias del humo de tabaco permanecen suspendidas en el ambiente y permanecen muchos días, o incluso semanas… ventilar no es suficiente.
- No fumar asomado por la ventana. El humo seguirá entrando en casa. Si se opta por una terraza, es necesario cerrar por completo la puerta de acceso a la vivienda para evitar la contaminación por el humo del tabaco.
«Un ambiente libre de humo es la única protección realmente efectiva», afirma por último la Sociedad Valenciana de Pediatría.
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