¿TDAH o ansiedad?

La ansiedad puede confundirse en ocasiones con algunos síntomas del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDHA) y viceversa. ¿Cómo saber si es TDAH o ansiedad?

TDAH y ansiedad

Según la profesora de la Universidad de Sidney Alison Poulton, la ansiedad y la depresión se pueden confundir con el TDAH. ¿Cómo? Pues, por ejemplo, por la falta de motivación o la dificultad a la hora de enfocar la atención. De hecho, tal y como explica en este artículo, ambos problemas de salud mental se asocian con la hiperactividad sobre todo en los adultos, principalmente en mujeres.

«La ansiedad tiende a ser más severa y persistente y con una edad de inicio más temprana en personas con TDAH», indica Alison Poulton. La preocupación frecuente y excesiva puede ser difícil de controlar y es común la aparición de fatiga, irritabilidad y problemas de sueño.

El TDAH se suele diagnosticar en la infancia, pero si no ha sido así puede que genere cierta confusión en la edad adulta. Hay que tener en cuenta que en el caso de niñas y adultas, según la experta australiana, el TDAH puede ser «sutil» y camuflarse.

Además, el diagnóstico de la hiperactividad en la infancia es clínico y se basa en la presencia o no de determinados comportamientos que se recogen en el DSMV (manual diagnóstico y estadístico de las enfermedades mentales). Pero, ¿pueden el TDAH y la ansiedad provocar confusión en la niñez?

¿Cómo saber si es TDAH o ansiedad en la infancia?

El síntoma más característico del TDAH es la inquietud motora. Tal y como explica la terapeuta ocupacional pediátrica de Criar Con Sentido Común, Jéssica Romero:

«Literalmente no puede parar quieto, casi ni para dormir. Se levantará de la silla, irá de un lado a otro, tocará las cosas, no podrá dejar las manos quietas, le vamos a decir muchas veces que no haga algo y no va a ser capaz de controlarse para no hacerlo. Será un pequeño torbellino. En clase suelen llamar mucho la atención por este motivo, y desafortunadamente, suelen ser los castigados».

Según nuestra experta, a la que podéis consultar online en la Tribu CSC, es más posible que haya confusión entre TDAH y ansiedad en la edad adulta. De hecho, «hay mucha comorbilidad con trastornos de salud mental como ansiedad y depresión».

«Lo que vemos en niños pequeños con TDAH es la imposibilidad de estar quietos, tranquilos, de prestar atención, mucha necesidad de actividad, caos en la participación en el día a día (por desorganización, olvidos, etc.). Y comportamiento desinhibido en muchas ocasiones.

Pero con la ansiedad hay otra sintomatología más vegetativa: taquicardia, sudoración, también inquietud motora. Y, a nivel cognitivo y emocional, muchas veces tristeza, retraimiento, preocupación…», explica la experta.

Es decir, que la hiperactividad y la ansiedad no tienen por qué ir unidas en las primeras etapas. No obstante, la cuestión puede ser diferente durante la adolescencia. «En este caso sí que es más fácil que se observen síntomas de ansiedad o depresión por el temor a no encajar en el grupo, el deseo de aceptación», explica Romero. Puede, además, haber «más dificultades» a nivel académico que puede generar malestar en el adolescente hiperactivo.

¿Qué es lo que hay que buscar?

Pero, ¿qué ocurre si nuestro hijo, además de TDAH tiene ansiedad? Incluso los bebés pueden experimentar ansiedad. Por ejemplo, la ansiedad por separación de los padres. También puede presentarte estrés infantil por diversas causas, como una mudanza, un cambio en el colegio, la llegada de un hermanito o hermanita o un divorcio.

Los síntomas del estrés infantil pueden ser diferentes a la hiperactividad. Pero el TDAH y la ansiedad comparten síntomas, como hemos visto, principalmente la falta de descanso y una concentración deficiente.

No obstante, hay algunas diferencias que nos pueden ayudar. Por ejemplo, un niño con ansiedad suele tener sus preocupaciones bien definidas y generalmente está desencadenada por pensamientos o situaciones específicas. Pueden parecer tensos, cansados y nerviosos o incluso pueden experimentar breves ataques de pánico cuando se tienen que enfrentar a lo que les genera ansiedad.

En la escuela, los problemas de rendimiento pueden ser similares, pero suelen tener más dificultades que aquellos menores con solo TDAH. Además, su comportamiento puede ser menos espontáneo e impulsivo que el de un menor con hiperactividad. Es más, pueden parecer distraídos e incluso tener problemas a la hora de recordar hechos o procesar conceptos.

Los niños con TDAH tiene más probabilidades de presentar trastornos de ansiedad

Otro aspecto a tener en cuenta es que los niños con TDAH tienen más probabilidad de presentar un trastorno de ansiedad. En este caso, la ansiedad en los niños hiperactivos se puede traducir en:

• Ansiedad ante la separación, es decir, tener mucho miedo cuando están lejos de su familia.
• De tipo social que se traduce en cierto miedo a ir al colegio o acudir a lugares donde tendrán que relacionarse con gente desconocida.
• O ansiedad generalizada, es decir, estar muy preocupados por el futuro y por las cosas malas que puedan sucederles.

También los niños con TDAH pueden sentir depresión, sobre todo si son conscientes de que no pueden controlar los síntomas y estos interfieren en su día a día. Un niño hiperactivo puede sentirse triste y no querer hacer cosas divertidas; o incluso puede infravalorarse.

Además, se pueden ver incrementados sus problemas de concentración. Hay que tener en cuenta que el TDAH provoca falta de atención del menor en aquellas cosas que no le interesan demasiado. Sin embargo, si está deprimido puede desconcentrarse ante aquello que más le interesa. La depresión también puede provocar cambios en los hábitos alimenticios y de sueño.

Por eso, si tienes un hijo/a con hiperactividad y notas alguna de estas señales, deberías consultar con el especialista. Es importante realizar una evaluación precoz para ayudarles y cuidar su salud mental.