La escuela de medicina de Stanford lanza su test para detectar la viruela del mono

El laboratorio de virología Stanford Medicine, dependiente de la escuela de medicina de Stanford (EEUU) ha lanzado su test para detectar la viruela del mono. En España ya existen firmas que han presentado su propio kit PCR para la detección de esta enfermedad, como es el caso de Certest Biotec (Aragón) y Genetic PCR Solutions (Alicante). 

Los profesionales médicos de la Escuela de Medicina de Stanford reconocen que no se espera un número de casos tan elevado como el que tuvo lugar durante la COVID-19. 

Sin embargo, consideran que la presencia de un test para detectar la viruela del mono es igualmente útil. Se trata de reforzar la prevención y cuidado que se están llevando a cabo desde los servicios públicos de salud, asegura Benjamin Pinksy, PhD y profesor asociado de patología y de enfermedades infecciosas en Stanford Medicine.

El test para detectar la viruela del mono acelera el diagnóstico y tratamiento

Stanford Medicine se encuentra entre los primeros centros médicos académicos del país en ofrecer el test a los pacientes. Está disponible para los pacientes de Stanford Medicine y los de los centros médicos cercanos.

Desde Stanford Medicine alertan de la agilidad que va a aportar el test a los procesos de detección y gestión de posibles casos contagiados de viruela del mono. Algo en lo que Antonio Martínez, catedrático de Microbiología UMH y director de Genetic PCR Solutions, coincide.

En EE.UU. las muestras de posibles sospechosos son enviadas en primer lugar a la red de laboratorios dependientes de la salud pública. Aquellos positivos, son entonces enviados a una segunda ronda de tests para confirmar el diagnóstico, según explican desde Stanford Medicine.

Este proceso es redundante y no es lo suficientemente rápido para favorecer un adecuado tratamiento de los pacientes y bloquear la transmisión del virus. Cuestión que un test permitiría resolver. 

El proceso a partir de ahora podría ser bien diferente y mucho más ágil. En el caso de los tests de Stanford, el médico puede solicitar mediante historia clínica electrónica que le sea realizada la prueba, «como lo harían con cualquier otra prueba de diagnóstico de nuestro laboratorio”, manifiesta Pinsky. El paciente se hace el test, y obtiene los resultados (junto al equipo médico) en un plazo de 24-48 horas. En el caso del laboratorio alicantino, este tiempo se reduce a tan sólo media hora, aunque deben ser realizadas por personal sanitario.

La prueba de Stanford Medicine es similar a la que lanzó el laboratorio de Pinsky en el comienzo de la pandemia de coronavirus, a principios de marzo de 2020. Las muestras del paciente (hisopos de las lesiones características que se forman en la piel de las personas con viruela símica) se mezclan con fragmentos cortos de ADN que se adhieren a un tramo específico de material genético viral. La mezcla se coloca en una máquina PCR que amplifica y detecta la presencia del virus.

Los especialistas no temen otra pandemia, pero se mantienen en alerta

El virus de la viruela del simio se transmite mucho menos fácilmente que el virus que causa el COVID-19: los CDC informan que la amenaza se considera baja. Aún así, la Organización Mundial de la Salud informó que más de 2.100 personas en 42 países han sido diagnosticadas con viruela símica hasta el 15 de junio, casi todas durante los últimos dos meses. Y hasta ahora se ha informado de una sola muerte en el brote actual.

“La disponibilidad de esta prueba nos ayuda a brindar rápidamente la atención adecuada y facilita la identificación rápida de contactos cercanos que pueden estar en riesgo de contraer esta infección. Estoy mucho más seguro que con COVID-19 de que podemos controlar este brote, pero también me preocupa y quiero que estemos preparados”, dijo Pinsky.

La OMS afirma que la aparición inesperada de este brote de viruela del simio en varias regiones del mundo y en personas que no se sabía que hubieran viajado desde África, sugiere que puede haber habido una transmisión no detectada en Europa y los Estados Unidos durante algún tiempo. Los datos de de las personas diagnosticadas sugieren la transmisión sexual del virus.

Asimismo, existen medidas de mitigación, incluida una vacuna que puede proporcionar hasta un 85% de protección contra la viruela del simio cuando se administra antes de la exposición. En enero, la Agencia Europea de Medicamentos aprobó el uso de un medicamento antiviral desarrollado para tratar la viruela, la viruela símica y la viruela bovina.

Transmisión y síntomas de la viruela del mono

A diferencia del virus que causa el COVID-19, la viruela del simio no es nueva. El virus de la viruela del simio es miembro de la familia de virus Orthopox (que incluye los virus que causan la viruela y la viruela bovina). Se identificó por primera vez en 1958 en monos de investigación en Dinamarca, y el primer caso humano se identificó en 1970. El virus generalmente se encuentra en África, y se puede transmitir a los humanos después del contacto con animales infectados, como roedores y monos; o de persona a persona. En este último caso, las formas más habituales de transmisión de la viruela del mono son:

• Contacto con la piel.
• Grandes gotas respiratorias.
• Uso de toallas o ropa de cama que hayan sido utilizadas previamente por una persona infectada.

No obstante, hasta ahora, la transmisión de persona a persona era relativamente poco frecuente. Los síntomas más habituales suelen ser:

• Fiebre.
• Dolor de cabeza.
• Inflamación de ganglios linfáticos.
• Cansancio.
• Dolores musculares.
• Tras haber experimentado estos síntomas, aparecen erupciones en la piel (normalmente entre uno y tres días después). 

Los datos de la Organización Mundial de la Salud aseveran que, basándose en brotes anteriores de este mismo virus, la mortalidad se sitúa entre el 3 y el 6%. Según datos de esta misma organización, sólo en África, en lo que va de año, han fallecido 70 personas. Siendo niños y embarazadas una población especialmente vulnerable, según los propios avisos de la OMS.

Falta de datos fiables en menores y embarazadas

No ha habido análisis ni informes concluyentes sobre cómo puede afectar a niños, niñas o embarazadas, por lo que resulta complejo dar respuesta a incógnitas que pueden surgir frente a esta enfermedad para estos sectores de población. 

Con respecto a las posibilidades de tener un aborto en el caso de estar embarazada el único dato válido es que la infección con virus similares, como puede ser la viruela, sí aumenta la posibilidad de aborto espontáneo. Según una hoja informativa publicada por la organización sin ánimo de lucro MotherToBaby, existen dos casos reportados de viruela del mono durante el embarazo. Uno con muerte fetal y otro con parto prematuro. En ambos casos, los bebés habían padecido la viruela del mono, al transmitírselo la madre, que era la que se había contagiado previamente.

Además, «hay muy pocos datos sobre el efecto de la vacuna en la gestación», según la matrona Esther Esteban.  Aunque «los que se tienen confirman que no hay efectos perjudiciales ni para el embarazo ni para el bebé». 

«Si se confirmase un caso en una mujer durante el embarazo, debería hacerse un seguimiento estrecho con controles ecográficos frecuentes y de crecimiento. Una vez superada la enfermedad, el riesgo para el bebé es mínimo. Se debate sobre la forma de parto, puesto que la mayoría de los casos se dan en África, donde las posibilidades son más limitadas. No obstante, se recomienda una cesárea si el estado materno está comprometido o si existen lesiones activas en la zona perineal. Se recomienda una valoración estrecha al recién nacido«, manifiesta Esteban.

La matrona recuerda que la tasa de contagios es muy limitada y que la sintomatología permite detectar los casos con relativa rapidez. Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC, puedes consultar online a nuestro equipo de expertos en salud materno-infantil.