Todo lo que he aprendido en la Tribu (capítulo 3): El día del parto II (por Yolanda)

Homenaje a la Tribu CSC

Después del capítulo 2 de hace unos días, aquí os dejo con el capítulo 3.

Cuando por fin me bajaron a dilatación, tras 6 horas «abandonada» en la planta y aguantando los dolores, me recibieron la matrona y la ginecóloga diciéndome que me estaban esperando desde hacía horas, a lo que yo, con mala cara, les dije que seis horas esperando y que avisé cinco veces y que no me hicieron ni caso, a lo que me respondieron que eso no era posible.

Me hacen un tacto, estoy de 7 cm. Yo en ese momento contenta, porque sí, era capaz de dilatar yo sola, sin medicaciones, oxitocinas ni otras cosas. También eso me lo comentó la tribu, aunque yo no acababa de creérmelo ya que en mi primer parto no pasé de dos cm (aunque fue por otras causas).

Pero mi «alegría» duró poco. Me tumbaron, me pusieron monitores y yo ya no aguantaba más, no tenía fuerzas y pedí la epidural.
Al poco me dijeron que la niña tenía arritmia, y que tenían que hacer una prueba. Me quitaron la anestesia y en un potro me pusieron.

La prueba consistía en sacar sangre a la niña, pinchándola en la cabeza mientras seguía dentro de mí, claro. Y entonces llegó la peor matrona del hospital, archiconocida en la ciudad y que ya me atendió en la primera parte del parto de Lucía, así que cuando la vi, me bajó el ánimo hasta el suelo.

Sin epidural, pidiéndome que no me moviera, estuvieron unos 45 minutos. Hablaron de dos cruces pero por mucho que preguntaba, no me decían nada.

Cuando en su día conté mi parto, una persona de la tribu, matrona, me explicó lo que significaba, cosa que agradezco enormemente, ya que gracias a su explicación conseguí entender todo lo que había pasado y por qué ocurrió lo que vino después…

Cuando terminaron, la ginecóloga me dijo que me tenía que hacer cesárea, porque la niña no iba a poder aguantar el parto.

 

Todo lo que debes saber acerca del día del parto, los días anteriores y posteriores, lo tienes en el curso «El parto».

 

Me dejaron despedirme de mi marido 10 segundos. Ya sabía lo que me iba a tocar, no iba a poder hacer piel con piel (tampoco pude hacerlo con Lucía), y seguro que iban a intentar darle los biberones pirata, cosa que, también gracias a la tribu supe cómo evitar, y es que en mi plan de parto pedí que no se dieran biberones sin consentimiento mío o del padre.

Al entrar al quirófano estaban discutiendo la ginecóloga, la matrona y el anestesista. Él se quejaba de que no le dejaban hacer su trabajo.
Y de repente me dijo: «Te voy a poner anestesia general». Pregunté que por qué; me dijo que porque si no, me iba a doler, desde luego que no me quedé convencida, pero en 10 segundos me puso la mascarilla…

(Continua en el capítulo 4)

Yolanda es una de las mujeres que forman parte de nuestra Tribu CSC. Al cumplir un año su segunda hija, quiso escribir un homenaje que fue publicando por capítulos, y le hemos pedido que nos deje hacerlo público porque es un sentimiento muy común entre quienes forman parte: el calor, el respeto, el acompañamiento, la información y sentirte parte de un lugar en el que recibes el apoyo que puedes necesitar. En próximos días publicamos el cuarto capítulo.

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