Antes de empezar con este post sobre rabietas infantiles, hay que dejar algo claro: todos los niños tienen rabietas. No todos las tienen con la misma frecuencia ni las expresan con la misma intensidad, pero…
Las rabietas cuando hay que cambiar de una actividad a otra son relativamente frecuentes en los peques, especialmente si se trata de una divertida a otra que les cuesta un poco más, hoy os damos pautas para evitar rabietas en las transiciones.
¡Venga! ¡Vamos! Deja ya eso. ¡Es tarde! Es la hora del baño. Tenemos que salir ya para no llegar tarde al cole. Termínate ya el desayuno. Recoge los juguetes de una vez. Sal de la bañera. Vístete rápido que no llegamos. ¡Corre!
Quienes tenemos peques en casa sabemos que pasar de una actividad a otra puede convertirse en toda una odisea. Las familias de la Tribu CSC comentan a menudo con el equipo de profesionales de Criar con Sentido Común que conseguir que dejen de jugar para meterse en el baño puede ser tan difícil como conseguir que salgan del baño para ponerse el pijama y cenar.
El problema, muchas veces, no está en que la actividad que viene a continuación, les guste más o menos, sino en la dificultad para abandonar lo que están haciendo en ese momento.
¿Por qué los niños tienen problemas con las transiciones?
Durante la infancia, el mundo está por descubrir. Cualquier cosa que a nuestros ojos puede pasar desapercibida, es capaz de captar su atención durante horas. El vuelo de una mariposa, una hormiga llevando miguitas de pan de un sitio a otro, un cuenco lleno de granitos de arroz donde meter la mano… Conseguir sacarles de su mundo, en el que se encuentran absortos/as, no es tarea fácil.
Conseguir captar su atención para que se concentren en una tarea impuesta puede resultar difícil. Sin embargo, cuando de manera voluntaria, por interés propio, están concentrados en una actividad, cuesta sacarles de ahí.
Además, sus ritmos vitales son más lentos. Cuando consiguen entrar en una actividad y están disfrutando les cambiamos a otra. Es lógico que se enfaden y tengan rabietas.
¿Cómo podemos ayudar a los niños con las transiciones entre actividades?
Si tenemos en cuenta que, por lo general, niñas y niños suelen tener cierta dificultad para cambiar de actividad, parece razonable buscar la forma de ayudarles para que el cambio de una actividad a otra no sea tan complicado. Veamos algunas ideas que pueden ayudarnos a transitar de una actividad a otra de forma más respetuosa:
Establece rutinas
Algunas personas necesitan muchas rutinas y un orden muy establecido para sentirse cómodas, mientras que otras viven bien dentro de un caos relativo. Durante la infancia, sin embargo, las rutinas suelen ser muy útiles porque aportan estructura a su día a día y, de esta manera, les proporcionan cierta seguridad. En una etapa de la vida en la que todo es nuevo y está por descubrir, sentir esa seguridad puede ser esencial.
Avisa con antelación del cambio de actividad
Como hemos dicho, el problema no suele ser si la actividad que viene a continuación es más o menos atractiva, sino la resistencia a dejar de hacer lo que están haciendo. Si lo pensamos bien, a las personas adultas también nos sucede. Si estoy trabajando en el ordenador y me llaman para comer, por lo general, suele tardar algunos minutos en cerrar la actividad que tenía entre manos antes de acudir a la mesa. A los niños y a las niñas también les ayuda que les avisemos de que pronto cambiaremos de actividad para poder organizarse e ir “despidiéndose” de la actividad en la que tenían puesta toda su atención.
Usa una tabla o un reloj de rutinas
La información, sobre todo durante la primera infancia, cuanto más visual, mejor. Si además de tener establecidas unas rutinas y realizar siempre las actividades en el mismo orden les ofrecemos un apoyo visual, será más fácil que las interioricen. Podéis hacer una tabla de rutinas en las que aparezcan secuenciadas las imágenes que representan cada una de las actividades que llevaréis a cabo. O, si lo que suele costaros más trabajo es cumplir con un horario mínimamente decente, podéis hacer un reloj de rutinas que les ayude a visualizar que ya ha llegado el momento de pasar a la siguiente actividad.
Convierte la transición en un juego
El juego es el lenguaje natural de la infancia por excelencia. Dejar de jugar con los legos para ir al baño puede parecerles un aburrimiento, pero si les proponemos ser piratas y adentrarnos en los mares en busca de aventuras, probablemente, la idea les resulte algo más atractiva. ¡Imaginación al poder! Nos pasamos la vida esperando que los niños y las niñas se adapten a nuestro mundo adulto, pero, ¿y si probamos a sumergirnos en su mundo infantil? Seguramente, les cueste menos trabajo transitar de una actividad a otra y, además, estaremos fomentando la conexión.
Valida emociones y redirige su atención
A veces, asumámoslo, por muchas estrategias que intentemos, el momento del cambio de actividad se convertirá en un drama de manera irremediable. En ese caso, lo mejor que podemos hacer es aceptar que tienen derecho a enfadarse, validar sus emociones, acompañarlas e intentar redirigir su atención en cuanto podamos hacia cualquier otra actividad u otro tema que les ayude a pasar página y olvidar el berrinche.
En la Tribu CSC somos cientos de familias las que compartimos los retos que la crianza nos presenta día a día y las estrategias que mejor nos funcionan para superarlos.
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