Trastornos del sueño relacionados con dificultades emocionales en niños pequeños

Un grupo de investigadores de la Universidad Jiao Tong de Shanghai vincula los trastornos del sueño a dificultades emocionales y de comportamiento en los niños en edad preescolar.

En concreto, los trastornos del sueño se asocian con dificultades emocionales y conductuales resueltas (DCA) e incidentes en el caso de preescolares, según su estudio publicado en JAMA Network Open.

Trastornos del sueño relacionados con dificultades emocionales y conductuales en niños pequeños

Yujiao Deng, del Departamento de Neurología del Centro Médico Infantil de Shanghai, y sus colegas examinaron la asociación entre la historia natural de los trastornos del sueño y las DCA resueltas e incidentes en un estudio de cohorte de niños matriculados en centros preescolares de Shanghai. En total, se reclutó a 20.324 niños de 3 a 4 años, de los cuales 17.233 participaron en el seguimiento de 2 años. Los análisis incluyeron 17.182 participantes.

Los investigadores encontraron que la prevalencia de DCA era del 27,8 y el 18,7% en los años de ingreso a la escuela y de graduación, respectivamente, mientras que la prevalencia de los trastornos del sueño era del 41,3 y el 31,5%, respectivamente. En general, el 35 y el 50% de aquellos con DCA y trastornos del sueño en el año de ingreso, respectivamente, mantuvieron la estabilidad en el año de graduación.

«Los trastornos del sueño y los problemas de salud mental son altamente comórbidos y están correlacionados bidireccionalmente durante la infancia«, escriben los autores. «La detección sistemática y la intervención precisa de los trastornos del sueño pueden beneficiar el bienestar psicosocial de esta población».

Comorbilidad de trastornos de sueño y problemas de salud mental

«Los problemas de salud mental son una de las principales causas de la carga mundial de morbilidad en niños y adolescentes», escriben los autores. Pero, ¿qué problemas de sueño presentan los niños de 3 a 6 años?

«Los trastornos psicológicos pueden tener un inicio temprano en los años preescolares, con cambios documentados en la función cerebral y la estructura involucrada en el procesamiento de las emociones.

Las dificultades emocionales y conductuales entre los niños en edad preescolar merecen especial atención debido a su alta prevalencia y sus efectos perjudiciales sobre la salud mental óptima y el funcionamiento durante la infancia y la vida posterior«.

Aunque estas dificultades pueden resolverse a medida que el niño crece, según los investigadores, el 49,9% de los niños pequeños todavía presentan persistencia 1 año después de su presentación inicial.

Además, si bien la intervención temprana en un entorno clínico puede mejorar las dificultades emocionales y de conducta infantiles, según los especialistas, «múltiples barreras, como las altas demandas de capacitación, el estigma, la disponibilidad y el costo de los servicios, impiden que los niños reciban tratamiento«.

«Estos datos resaltan la necesidad de identificar factores protectores y de riesgo que sean modificables en grandes muestras comunitarias para priorizar estrategias de prevención e intervención más efectivas y escalables para las dificultades emocionales y conductuales en la primera infancia», inciden los investigadores.

Dormir mal es un factor de riesgo para trastornos emocionales en la infancia

«La evidencia emergente indica que dormir mal es uno de los precursores y factores de riesgo más importantes de las dificultades emocionales y conductuales en los niños«, indican los autores.

De hecho, «se informa que los niños con alteraciones del sueño de inicio en edad preescolar experimentan más problemas de internalización y externalización«, añaden los investigadores.

«Varios trastornos conductuales del sueño (p. ej., ansiedad durante el sueño, vigilia nocturna, sueño insuficiente e insomnio) se han asociado con problemas de internalización concurrentes y síntomas posteriores de ansiedad o depresión en niños, mientras que las parasomnias o los trastornos respiratorios del sueño se han relacionado con mayores problemas de externalización«.

«Además, los estudios han demostrado más dificultades temperamentales en niños con trastornos de sueño que en sus homólogos con insomnio conductual. La evidencia existente sugiere diferencias en la incidencia de dificultades emocionales y conductuales en niños con diferentes tipos de trastornos del sueño.

Por lo tanto, un examen exhaustivo de los tipos específicos de alteraciones del sueño y la asociación con las dificultades emocionales y de conducta en los niños es crucial para profundizar nuestra comprensión de las estrategias que deben priorizarse para promover el bienestar psicológico en los niños pequeños».

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