¿Qué le pasa al bebé cuando estás triste durante el embarazo?

El embarazo provoca muchas sensaciones y emociones en una mujer. Y todas ellas influyen en el desarrollo del feto. Por eso es tan importante que la futura madre se cuide a todos los niveles. También a nivel emocional. Hoy vamos a centrarnos en cómo afecta la tristeza al bebé durante la gestación.

Lo primero que me gustaría remarcar es que las emociones no son buenas o malas. Todas tienen su razón se ser, incluso el miedo, que no deja de ser un mecanismo de supervivencia. Y estar embarazada no significa sentirse feliz las 24 horas del día. Nuestro contexto sigue siendo el mismo y es posible que la tristeza llame a nuestra puerta en cualquier momento.

La cuestión no es sentirse triste en alguna ocasión, sino que esa sensación se desborde y controle todo lo demás. En alguna ocasión hemos abordado en nuestro blog las consecuencias de la ansiedad en el embarazo o la depresión durante la gestación. En estas entradas tienes algunas recomendaciones si es tu caso. Y siempre puedes consultar con nuestra experta en psicología perinatal, Mamen Bueno, a través de la Tribu CSC. 

Pero hoy nos vamos a centrar en cómo lo vive el feto y en cómo afecta la tristeza al bebé en desarrollo.

El desarrollo del cerebro en el feto

Antes de habla de cómo afecta la tristeza al bebé durante el embarazo es conveniente saber grosso modo cómo se desarrolla el cerebro de este, ya que el cerebro humano controla las emociones.

Según la publicación ‘El cerebro en desarrollo’, de The Open University (Reino Unido), este se empieza a formar aproximadamente a las cuatro semanas del embarazo, antes incluso que la madre sepa que espera un bebé.

Durante los cuatro meses siguientes, las células cerebrales se irán formando a una gran velocidad, que oscila alrededor de las 250.000 células por minuto. Ese proceso, no obstante, se ralentiza en el sexto mes. Es entonces cuando se crean más conexiones entre neuronas y se observa entonces cierto aprendizaje, porque el feto empieza a acostumbrarse a estímulos repetidos.

«La arquitectura básica del cerebro humano se desarrolla antes de que el niño nazca; la mayoría de las neuronas que el niño llegará a tener en su vida se produce a mediados de la gestación y en el momento de nacer ya se han organizado, formando la corteza y otras estructuras importantes del cerebro».

Pero esto no significa que el desarrollo cerebral sea completo en el recién nacido. De hecho, es a partir del nacimiento y gracias a las experiencias del bebé, niño y adolescente cuando se va modelando y afinando «los caminos cerebrales y las redes corticales». Tras nacer, se produce «un incremento espectacular» del número de conexiones y sinapsis en todo el cerebro.

Entonces, ¿qué siente el bebé cuando la madre está triste durante el embarazo?

Lo cierto es que a día de hoy, existen diversas líneas de investigación para estudiar más profundamente el cerebro del bebé durante el embarazo. Hay un proyecto europeo para crear un atlas del desarrollo del cerebro del feto y otro que busca mejorar el análisis de ese desarrollo mediante algoritmos de simulación.

Al igual que la alimentación de la madre es importante en el desarrollo cerebral del bebé, el bienestar psicológico también afecta. ¿Eso significa que sientan lo que sentimos nosotras? No exactamente. Es decir, un feto no va a sentir tristeza, alegría o miedo porque ni si quiera sabe qué es eso. Pero sí puede tener sensaciones. Sensación de placer, de saciedad o de alarma.

En este artículo de La Vanguardia, el profesor de Psicología de la Emoción y la Motivación de la UNED, Enrique García Fernández-Abascal, explica que «se requieren al menos tres meses después de nacer para que se desarrollen los tubos neuronales necesarios para las emociones». Sin embargo,

«las emociones de la madre son un gran regulador de la fisiología. Las que son positivas, por ejemplo, generan una atenuación del sistema cardiovascular y una activación y refuerzo del sistema inmune. En cambio, cuando nos embargan emociones negativas segregamos hormonas tóxicas, el corazón se nos acelera y se deprime el sistema inmune, lo que nos deja más vulnerables ante las enfermedades«.

Cuando una madre está triste y lo está de manera prolongada o en exceso, tiene consecuencias para ella y para su bebé.

¿Cómo afecta la tristeza de la madre al bebé?

La tristeza es una de las emociones básicas del ser humano y como tal suele provocar una reacción bioquímica en el cerebro mediante la secreción de sustancias químicas. Esto ocurre no solo con las emociones consideradas negativas, también pasa con las positivas.

Cuando una embarazada siente tristeza de manera sostenida se produce una reducción de serotonina y noradrenalina y esto afecta al sistema inmunológico. Estar triste también genera cansancio, disminución de la fuerza e incluso mayor percepción del dolor. La alegría, por su parte, implica la secreción de endorfinas, dopamina y serotonina. Esto ayuda a tener más energía y fortaleza, a ser más resistentes y tener menor percepción del dolor.

La tristeza se suele relacionar con la depresión y con la ansiedad. Y estas con la liberación de cortisol, la conocida como hormona del estrés. Esta se segrega en momentos de tensión, miedo o alarma. El problema es cuando la presencia de cortisol es «excesiva», según nuestra psicóloga Mamen Bueno. 

«El exceso puede afectar a feto. Si bien la placenta actúa como barrera protectora para el feto, el cortisol en exceso puede traspasarla y tener un efecto neurotóxico para el feto, provocando respuestas metabólicas similares a las de una persona adulta».

Según nuestra psicóloga, hay estudios que relacionan los niveles de ansiedad y estrés altos con un mayor riesgo de aborto espontáneo, parto prematuro o un parto más instrumentalizado. También hay mayor riesgo de problemas neurobiológicos y/o conductuales en la infancia, posiblemente relacionado con el eje hipotálamo-pituitario-adrenal más reactivo.

Y puede suponer un obstáculo para la vinculación con el bebé. Y por última hay relación con la depresión posparto.

Cómo afecta la tristeza al bebé en el embarazo: ¿Qué podemos hacer?

Como comentaba al principio, sentirse triste durante el embarazo no tiene por qué ser negativo. Nuestro cuerpo se convierte en una auténtica coctelera donde las emociones fluctúan continuamente. Como dice nuestra psicóloga, el problema radica en que esa tristeza sea persistente y nos bloquee. Entonces cómo afecta esa tristeza al bebé sí es más importante.

Así que si es así, si te sientes triste continuamente y no hay nada que te motive o te sientes apática, deberías pedir ayuda. Expresar cómo te sientes a tu entorno más cercano (pareja, familia, amigos o amigas íntimas). Hacer deporte, distraerte, dedicarte tiempo, hacer cosas que te gustan te pueden ayudar a mejorar tu estado anímico.

Si aún así, la tristeza no se va, puedes buscar ayuda profesional. Entre un 40-45% de mujeres tienen sintomatología ansiosa durante el embarazo. «Es importante que la salud mental de la madre se tenga en cuenta en los controles perinatales. Desafortunadamente, no todos los profesionales relacionados con el entorno perinatal son sensibles a todo esto», concluye Mamen Bueno en esta entrevista de nuestro blog.