La universidad inglesa de Oxford inició el sábado pasado pruebas clínicas para comprobar la eficacia de su vacuna del Covid-19 en niños de 6 a 17 años. El laboratorio británico ha elaborado la vacuna anticovid…
Tras detectarse varios casos de trombosis días después de la administración de la vacuna de AstraZeneca, saltaron todas las alarmas de seguridad y muchos países interrumpieron la vacunación.
Hipervigilancia de las agencias reguladoras
Tras las primeras investigaciones, la EMA, Agencia Europea del Medicamento y la OMS, encargadas de velar por la seguridad de las vacunas, concluyeron que, aunque no se podía descartar por completo la relación entre estos episodios y la vacuna, los beneficios de la vacunación superaban con creces los posibles riesgos.
Teniendo en cuenta que la propia infección por el SARS COV 2 es altamente protrombótica en personas jóvenes, la incidencia de trombos tras las vacunas es mínima si la comparamos con los episodios trombóticos que se producen tras la infección.
Sin embargo, este tema es objeto de un seguimiento especial por parte de las agencias reguladoras de todo el mundo y ha promovido el estudio de este fenómeno para intentar encontrar las causas y buscar soluciones. Recientemente, científicos alemanes han publicado una investigación detallando los hallazgos clínicos y de laboratorio encontrados en nueve pacientes que presentaron episodios de trombosis después de la vacuna de AstraZeneca en Alemania.
Trombocitopenia inducida por heparina: Un raro efecto secundario
El equipo de investigadores de la Universidad de Greifswald encuentra que los episodios se parecen a los casos de trombosis que se producen como un raro efecto secundario de la heparina que se denomina trombocitopenia inducida por heparina.
La heparina es un medicamento que se utiliza para prevenir los trombos, por lo que este efecto secundario resulta doblemente paradójico, ya que no solo sucede precisamente lo contrario de lo que se pretende evitar con el medicamento, sino que además se asocia a plaquetas bajas, cuando lo normal es que una bajada de plaquetas produzca sangrado y no trombos.
Lo que estaría sucediendo es que se formarían complejos entre el medicamento y una proteína de las plaquetas llamada factor plaquetario 4, que el organismo identifica de forma anómala produciendo los trombos. Esta entidad es conocida y se sabe cómo tratar cuando aparece. «Sabemos qué hacer: cómo diagnosticarlo y cómo tratarlo», ha asegurado en un artículo publicado en Science Andreas Greinacher, el especialista en coagulación que ha dirigido el estudio.
El especialista en enfermedades infecciosas Oriol Mitjà ha resumido en Twitter este hallazgo. Según explica, estos casos «ocurren en 1 entre 1 millón» y «se debe identificar pronto», ya que cuando se reconoce a tiempo se puede tratar con inmunoglobulinas endovenosas (anticuerpos inespecíficos de donantes de sangre) que ayudan a frenar la activación plaquetaria.
Los casos de trombosis tras la vacuna se han visto con más frecuencia en mujeres menores de 60 años que presentan, en los primeros 14 días tras la primera dosis de la vacuna, dolor de cabeza intenso y persistente, visión borrosa o doble, hematomas múltiples o manchas rojas en la piel que no desaparecen al estirar, dolor en el pecho, dificultad para respirar, dolor o hinchazón en una pierna o dolor abdominal persistente. Las autoridades sanitarias recomiendan consultar en caso de presentar estos síntomas, sobre todo si se presentan a partir de los tres días de recibida la vacuna y antes de los 14 días de la primera dosis.
La incidencia de los trombos es muy baja, siendo mayor si se padece la infección por coronavirus
En las últimas horas la EMA ha indicado que, aunque las trombosis sean causadas por la vacuna, el balance riesgo beneficio sigue siendo favorable a la vacunación, ya que la incidencia de este fenómeno es muy baja. De hecho, se han producido 62 casos, 18 de ellos fatales, tras la administración de más de 25 millones de dosis según datos publicados por la propia EMA y aportados por los sistemas de vigilancia de los países europeos y Reino Unido.
Sin embargo, muchos países han decidido dejar de vacunar con esta vacuna. Otros países han decidido limitarla a grupos de población de menor riesgo de trombosis, como parece que va a suceder en España, donde se ha propuesto mantener la vacunación en personas de 60 a 65 años.
¿Qué sucede con las personas que ya han recibido la primera dosis de la vacuna AstraZeneca?
Sin embargo, una pregunta importante que aún no tiene respuesta es qué va a suceder con aquellas personas que ya han recibido la primera dosis y están esperando la segunda. ¿Van a poder recibir la segunda dosis? ¿Cómo se va a asegurar la vacunación completa y eficaz de estas personas?
Los expertos en vacunas aseguran que los que tengan puesta la primera dosis sin haber experimentado este rarísimo efecto secundario podrían recibir la segunda dosis sin problema, ya que todos los casos de trombosis se produjeron tras la primera dosis. En el Reino Unido, donde aproximadamente la mitad de las vacunas que se administran son las de AstraZeneca, se está administrando la segunda dosis con normalidad.
También existe la posibilidad de completar la pauta con vacunas de otra marca, pero esto no ha demostrado que sea efectivo y por el momento no se recomienda, aunque ya hay ensayos en marcha para confirmar si es efectiva y si no se producen efectos secundarios diferentes a los ya conocidos. En cualquier caso, la última palabra la tendrán las autoridades sanitarias, que son quienes deben decidir quién y cuándo se vacuna.
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